Mi sobrinita Cuka


Cuka fue la primera perrita que tuvo mi familia. Esta es su conmovedora historia.
El día amtes de San Valentin de 2010, "Toñi" y "Luigi" dieron rienda suelta a su "amor", en un bar de la calle Villaamil, en presencia de sus dueños. Los dueños de Toñi estaban muy emocionados, porque deseaban regalar uno de los cachorritos a sus amigos, los dueños del bar. Fueron dos meses de espera, y finalmente, la noche del 10 de Abril, después de un partido de fútbol (Madrid-Barça), Toñi se puso pachucha y se fue a casa, donde empezó el parto.

Los cachorritos vinieron de madrugada. Fueron cuatro, tres machos y una unica hembrita. Además de los dueños de Toñi, también estaba alí parte de la familia que tenía el bar en la calle Villaamil. En cuanto nació el segundo cachorrito, se dieron cuenta de que esa, era la perrita que iban a regalarse. Una de ellas, dijo "Seguro que esta va a ser la nuestra"
En efecto. Fueron tres machos y una única hembrita, que ya tenía nombre antes de nacer, porke esa familia llevaba queriendo tener un perrito desde hacía muchos años, y estaban muy ilusionados con el nuevo miembro de la familia.
La llamaron Cuka.
Cuka creció sana y fuerte, y cuando tenía 34 días de vida, tal día como el 15 de Mayo, su familia se la llevó a casa.

Allí, Cuka conoció a otras mascotas, dos gatos, Morrongo y Pikachu, y el pequeño Belier, Yoyo. Se levantaban por la noche a darla el biberón, la compraban juguetes y la mimaban constantemente. Cuka fue muy feliz, muy feliz.
34 días después de llevarsela a casa, Cuka tuvo un accidente. Se cayó de los brazos de uno de sus dueños y rápidamente la llevaron de urgencias. Dijeron que estaba bien, y se la llevaron a casa de nuevo, pero sus dueños no estaban a gusto, y decidieron volver a llevarla. La dejaron ingresada y la lanzaron una ultima mirada antes de irse, aunque el veterinario les aseguró que volvería a casa al mediodía.
Era muy temprano cuando llamaron a preguntar por ella. Les dijeron que estaba mejor, y que pronto se recuperaría, pero horas mas tarde llamaron a avisarles de que Cuka tenía los pulmones encharcados, que la habían puesto oxigeno y medicación, pero que estaba muy grave.
Aunque se temían lo peor tuvieron esperanzas todo el tiempo. No emtraron a verla para que no se estresara, y pasaron toda la noche buscando una ambulancia para trasladarla a otro centro cuando el centro de fin de semana en el que estaba ingresada cerrara la mañana del lunes. Pero esa mañana, nunca llegó.
De madrugada, llamaron a avisarles de que Cuka, había muerto. Solo tenía dos meses,y sus dueños se quedaron desolados, porque la habían amado tanto que ni siquiera podían imaginarselo. Fueron a recoger el cuerpo de la pequeña Cuka y la llevaron a su veterinario para que la incineraran, y así, tener siempre con ellos sus cenizas, para traerla a casa, de nuevo.
Aquella triste familia, es mi familia. Después de su triste pérdida quisieron encontrar un perrito que se pareciera a ella o que al menos, tuviera algo que ver. Me encontraron a mí, una hermanita de la mamá de Cuka, "Toñi".
Yo estaba ahí para llenarles ese gran vacío que dejó Cuka, y que todavía sigue ahí.
Cuka es como Cassiopea, una estrella que después de morir hace trescientos años, todavía hoy arde. Su recuerdo jamás se aoagará, porque fue la estrella más brillante y más fugaz del mundo.
Nunca te olvidaremos, Cuka, ni tu familia, ni yo, Alma.

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