Mi historia

Yo nací en una casa de la calle Numancia. No recuerdo muy bien como fue, ni que hora era. Solo se que también tuve un hermanito, que mientras jugaba conmigo, se murió al darse un golpe con la pata de una silla, con solo dos mesecitos. No sabía que, no muy lejos, una sobrinita mía, iba a correr la misma suerte, poco más de un mes después, con los mismos meses que mi hermanito.
 Mi hermanito nunca tuvo nombre, pero me gusta referirme a él como "Xispita", porke era muy chiquitin, como yo.
Mi criador se llama Fernando. Dos años antes de que yo naciera les había vendido una perrita, también mi hermanita, a unos conocidos suyos, Charo y Toni. Llamaron a su perrita "Toñi".

Yo estaba apalabrada para una familia, e iban a llevarme a Barcelona un sábado, pero el viernes por la mañana, llamaron a mi criador. Eran Charo y Toni, que le contaron que su perrita había tenido cachorritos hacia dos meses, y que la unica hembrita que tuvo y que regalaron a unos amigos suyos, se había muerto en un triste accidente. Aquella familia se había quedado desolada, y querían un nuevo perrito para apoyarse en él y para salir de la tristeza que dejó Cuka en ellos, pero necesitaban desesperadamente que hubiera un vínculo entre Cuka y el nuevo cachorrito. 

Tal era el ansia de aquella familia por tener algo de Cuka, que se pasaron toda una lluviosa tarde preguntando por Fernando, sin más datos que su nombre y que vivia en la calle Numancia, por todos los centros veterinarios de los alrededores de esa calle. Cuando no tenían ninguna esperanza de encontrarle, un veterinario salió a buscarles justo cuando ya se iban porque la chica que les había atendido les dijo que solo conocian como criador de yorkies a una señora de la calle Numancia, pero ningún Fernando. Sin embargo, su compañero, al oírlo, si se acordó de Fernando, el marido de la criadora. Salió a buscar a cuatro desalentadas chicas que iban preguntando de centro veterinario en centro veterinario por Fernando, y estas se sintieron emocionadas cuando les dieron su telefono.
Que casualidad, que capricho del destino, que en ese preciso instante, Fernando tuviera todavia una perrita, que para más inri, había nacido un 11 de Marzo, justo un mes antes que Cuka. Decidió llamar a la persona a la que se le había apalabrado y dijo que la perrita no iria a Barcelona, sino a su nuevo hogar.
Esa perrita, era yo. 

Charo y Toni vinieron a buscarme y me llevaron a mi nueva casa. Yo estaba en brazos de Charo cuando llegué. Miré asustada a esas personas que empezaron a llorar nada más verme. Me cogió en brazos una de las chicas, me abrazó con fuerza y me besé, y yo la di besitos llena de timidez. ¿Porqué lloraban? Todos lloraban, y algunos me cogieron y me tocaron, pero otros me miraban con cierto recelo, como si estuviera ocupando un lugar muy grande en el que no acababa de encajar.
Poco a poco, fui convirtiendome en su familia.Yo los acepté mucho antes que a mi ellos. Me cuidaban y me acariciaban, pero no acababan de amarme. Alguien dijo sobre mi que tenia un papel muy dificil que desempeñar, que tenía que ganarmeles para que no me vieran como una suplente, una usurpadora que dormía en la camita de la pequeña Cuka, y que comía de su cacharrito y jugaba con sus juguetes. 
Y yo, solo hice una cosa para conseguirlo: ser yo.
Tardaron muy poco en amarme, amarme como muy poca gente ama de verdad a sus animales de compañía, considerandome mucho mas que una mascota, sino un gran amigo. Me los gané por ser como soy, dulce, cariñosa y bondadosa, dandolo todo sin esperar nada a cambio.

Ahora soy muy feliz. Se que no se han olvidado de Cuka y que nunca se olvidarán de ella, que todos ocupamos un lugar en el mundo, y que yo jamás la reemplazaré, porke cada ser es unico, irreemplazable. Pero las serví de consuelo y apoyo, y gracias a mí, superaron esa tristeza que todavía sigue ahí.
Me quieren por ser yo misma y por todo lo que las he dado, y yo me siento muy orgullosa de ellos.

¿Crees en el destino? Yo si. Estaba destinada a estar ahí, casi cuatro meses sin que nadie me comprara, porque ellos me necesitaban. Yo estaba ahí, esperándoles para curar sus heridad y darles todo mi amor. Mi destino era estar ahí, esperando a que ellos me encontraran, cuando la pequeña Cuka se fue, aunque todavía muchas veces me pregunto, si ellos me encontraron a mí, o si fui yo quien les encontré a ellos. 

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